Por Martin Camacho

En enero pasado Morales y Linera asumieron por un segundo mandato. Luego de su primera asunción, se desarrollaron cuatro años marcados por conflictos, disputas internas y externas, en el cual el país tuvo desde coyunturas de estabilidad temporal -como la que estamos viviendo ahora- hasta el peligro de división del país (o cuasi guerra civil concreta) en agosto-septiembre del 2008.
Estos hechos están en el marco de que el gobierno masista, por un camino o por el otro, estableció lo que tenia pactado de antemano. O sea, la “nacionalización” de los hidrocarburos (que ya han salido a decir que la tan proclamada “industrialización” no avanzado en lo más mínimo) y el otro punto importante fue la modificación de la Carta Magna (que con todos los acuerdos con la oligarquía quedó mucho más atenuada de lo que se había establecido desde un principio).

En apariencia entonces, la “agenda de Octubre” ha quedado “resuelta” por la vía de la reabsorción de las luchas… que es justamente el verdadero “mandato” que el MAS venía a cumplir. Pero cómo se dieron estos hechos y cuál es su verdadero carácter será la cuestión a ir develando a lo largo de estos artículos.

UN GIRO HACIA LA MODERACIÓN

Por supuesto que hay algo distinto después de estos cuatro años de gobierno de frente popular (o mejor dicho de conciliación de clases). La cuestión es que las elecciones del pasado 6 de diciembre le dieron el apoyo, con el 63 %, principalmente de las clases medias que era su punto más débil. Las clases medias no le dieron el apoyo así por que si: el país empezó a tomar un rumbo más estable y en la visión de la “gente” se ve que el que no esta con el gobierno se queda afuera de todo.
En el contexto anterior, varios integrantes de los grupos radicales de derecha se pasaron a los filas del MAS. Esto evidencia que la derecha no tiene hoy día proyecto alguno, no convence a nadie. Se evidencia en las derrotas que tuvo en las reiteradas elecciones y en los hechos concretos de la lucha de clases (amen de los “referentes” que se han fugado del país porque los perseguía la justicia, como Manfred y “Pepelucho” Paredes). Esto deja al gobierno casi sin competidores que le hagan sombra.
El MAS se ha alzado con la mayoría en el Poder Legislativo. Esto es algo que siempre anheló el gobierno: tener el poder suficiente para cambiar las cosas sin quedar de rehén de la derecha. Antes no lo podía hacer. Y por eso utilizó a los movimientos sociales para presionar sobre el Congreso. Hoy la historia es otra. Teniendo la presidencia de ambas cámaras, las leyes saldrán sin más problemas. Uno de los representantes es Héctor Arce como presidencia de diputados y Ana Maria de Campero como presidencia del senado. Esto le da un carácter distinto al gobierno. Por esto están sonando los tambores diciendo que el gobierno tendrá un giro “populista”, aunque lo que se está viendo es más bien uno hacia el centro: una mayor moderación. Luego explicaremos esto.

HACIENDO PIE EN LAS CLASES MEDIAS

Como venimos señalando, todo indica que el “proceso de cambio” ira teniendo ribetes más moderados. Se dejara de lado a los movimientos sociales para ir hacer asistencialismo a todos los ámbitos posibles. Esto lo evidencia que cuando los movimientos sociales eligieron qué candidatos podrían ir a las próximas elecciones departamentales o sugirieron qué ministros podrían representarlos en el gobierno… Evo Morales dijo que no: “antes se luchaba por la vida y por la patria, ahora siento que solo se lucha por la “pega” , no estoy de acuerdo con este problema”.
El excluir a los movimientos sociales no es solamente un “antojo” del presidente. Refiere que las cosas han cambiado: pasaron muchos años de los días en que las rebeliones populares estaban en apogeo. Este gobierno vino como producto de aquellas jornadas abiertas en la guerra del agua de Cochabamba. Pero tenía la misión de hacer un trabajo de contención y de reabsorción de las luchas, cosa que –hasta el momento- ha logrado en gran medida.
El MAS va a las próximas elecciones departamentales a terminar de captar a la clase media que todavía no se incorporó al “proceso de cambio” y seguir ampliando su espectro de maniobra. La candidatura de personajes populares determina que el gobierno ira a unas elecciones con amplísima mayoría de la población. Los “invitados” que posicionó el MAS para ir a las gobernaciones de los departamentos mas reticentes lo demuestran: es el caso de la ex miss Bolivia Jessica Jordan candidata en el Beni o Jerjes Justiniano para Santa Cruz.
Esto demuestra que al gobierno le conviene alejarse un poco de lo originario por lo menos en estos departamentos. En estos las clases medias podrán dar un vuelco mayor a favor al gobierno y será en ellos donde se verán los rasgos más de engaño a la población. Seguirán hablando de “socialismo” pero el tan proclamado “reparto” de la riqueza concreta se seguirá escondiendo bajo la alfombra.
Por supuesto, los movimientos sociales seguirán haciéndose sentir, como se vio en algunos lugares por el disgusto al no haber elegidos sus representantes. Pero esto se choca con una figura muy fuerte que es el propio presidente, que como dice García Linera en una entrevista al “Le Monde Diplomatique” de Agosto pasado “hoy, la figura, el carisma y la adhesión que ha alcanzado el presidente Evo es de tal magnitud que limita objetivamente la existencia de otro liderazgo que pudiera disputar la base social del gobierno y de la sociedad”.

EL DESIGUAL IMPACTO DE LA CRISIS MUNDIAL

El proyecto para estos años es empezar a hacer “gestión” y seguir abarcando los lugares “que no se ganaron aun”. Todo esto con una situación económica que –hoy por hoy- es “favorable” para el país. La crisis económica no pegó en los países subdesarrollados por la propia dinámica de la crisis. Las materias primas que en octubre del 2008 habían tenido una baja en sus precios -que anunciaba conflictos en la rama de la minería- en el transcurso del 2009 volvieron a estabilizarse. Esto determinó que los rasgos más duros de la crisis se disiparon en el transcurso del año pasado.
Además, hasta ahora la crisis mundial ha pegado duro pero todavía no tanto como la Gran Depresión de los años 30. En resumen, esto pegó especialmente en el hemisferio norte y no especialmente en las materias primas más básicas que son las que se extraen en nuestro país. Y hay que reflejar que economías que como China son compradoras de nuestros minerales si han crecido ampliamente.
No obstante hay la realidad concreta de que los “mercados” de exportación se fueron cerrando. El año pasado, como lo anuncia el ministro de economía Luís Arce Catacora, las exportaciones tuvieron una caída de 1500 millones de dólares… No obstante, este afirma bastante eufóricamente: “hemos cerrado 2009 con 0.26% de inflación, superávit fiscal, elevadas reservas internacionales, depósitos y créditos altos” (Pulso nº 538).
Sin embargo, es también cierto que la situación política regional no se presenta como la más estable y, además, como la crisis económica internacional podría estar a las puertas de una nueva recaída, el gobierno del MAS cometería un grave error si cree que su futuro está “asegurado”.
La caída, en definitiva, de la economía mundial en una depresión, sumado a cambios significativos en la política de la región, podría dar a giros en las circunstancias reabriendo el proceso de rebelión y creando mejores condiciones para pelear por una salida independiente y revolucionaria que desborde el gobierno de frente popular por la izquierda.

LA LUCHA POR EL REPARTO DE LAS MIGAJAS

Seguramente hasta las próximas elecciones del 4 de Abril no veremos grandes transformaciones en el Estado, pero luego de las elecciones se pondrían en juego todas las leyes para regular la nueva constitución. Hacen falta unas 100 leyes para poner en pie lo que demanda la nueva constitución. ¿Y esto qué significa? Esto determina la transformación institucional del país o, mejor dicho, reinstitucionarlo… luego del desastre en que quedó el régimen político después de las jornadas de febrero y octubre del 2003.
Poner en marcha las autonomías en sus diferentes niveles que se han planteado: autonomía departamental, municipal, regional e indígena. Esto determinara todas estas “telarañas de autonomía” que significa el anunciado “Estado Plurinacional”. Esto en la función de repartir una porción de la torta -o sea, el IDH-: todos quieren un pedazo de esa torta.
Porque mientras que la industrialización no avance, los conflictos por las migas del reparto seguirán acrecentándose: peor aún, una crisis económica incrementada le dará un impulso a las diferencias.
Este Estado que entrará en cada rincón del país será fuente de disputas por los pocos recursos. Lo que se está planteando es que hay comunidades que no tienen recursos extras: si no hay ingresos de las regalías, no tienen sustento alternativo.
Hay también una serie de leyes que están relegadas: hidrocarburos, minería, la ley de pensiones como las más importantes. Esto, por su puesto, no va ir más allá de lo que siempre estuvo planteado: o sea no se irá ninguna trasnacional petrolera o minera solamente regularan las ganancias para ambos. Y en el ámbito de “industrializar” podrán hacer algún avance… pero será en el nivel más bajo de la producción.
No por nada los Ministros de Desarrollo Rural y Tierras, Hidrocarburos y Autonomías son del Oriente: ¡esto con el visto bueno de la cámara de empresarios del sector más reticente en estos cuatro años del gobierno!
Hoy día parece ser que las cosas han cambiado gracias al giro a la moderación del gobierno masista. No se trata, por supuesto, de ningún “socialismo comunitario” del que habla Evo: simplemente tener mayor presencia del Estado en la región que más produce para la exportación.
Con esto tenemos un panorama amplio de lo que va a venir en el próximo período: un Estado un poco más fuerte ayudado por una economía que al parecer podría ser favorable.
Pero atención: por que la región podría tener otro signo en pocos años y sumado a una nueva recaída de la crisis económica, podrían cambiar las fichas de lugar y abrir grietas en un Estado que habla de “socialismo” pero de reparto de la riqueza concreta –que no es más que reparto de la miseria- no da señales de cambios sustanciales.