Ya el pasado año 2010 se dieron varios indicios de que el gobierno viene teniendo una política cada vez más de espaldas a los trabajadores y a la población. El intento de “gasolinazo” fue una muestra categórica de ello, y si fue derrotado fue por la verdadera rebelión popular que se comenzaba a poner en marcha. Sin embargo, los problemas continúan y plantean la salida a la lucha de los explotados o oprimidos buscando una verdadera perspectiva a la izquierda del gobierno masista.
El año empezó mal: escasez de alimentos e inflación creciente
Hoy día vemos como el gobierno solamente se encarga de quedar bien con las multinacionales haciéndoles el juego para que sigan sacando las jugosas ganancias. Mientras que la población hace largas filas de horas y horas para conseguir los alimentos básicos que cada vez escasean más. Por otro lado, ya sectores de la población trabajadora, como los fabriles, salieron a pedir aumento salarial del 25 %.
Pero la cosa no se queda acá: lo que acaba de pasar en la localidad de Llallagua es sintomático: la población se organizó y salio a conseguir los alimentos por sus propias manos. Es que el encarecimiento del costo de vida ya es insostenible. Obviamente el gobierno salió inmediatamente a denunciarlos como había hecho en otras ocasiones acusando a sectores de la derecha de propiciar estas acciones…
Después del decreto y la derogación del gasolinazo, los precios no bajaron: esto se hace sentir cada vez más. Ante la alza de los precios, también empieza haber escasez de los alimentos. El gobierno no puede garantizar la alimentación de la población.
el gobierno sigue buscando vias para aplicar el gasolinazo
Estas son las secuelas que el gobierno al parecer “no previno”. La cuestión es que al derogar el decreto del gasolinazo los precios supuestamente “volverían a la normalidad” pero esto no fue así. Lo peor es que se anuncian mayores alzas de precios como los de la leche o de otros productos de básicos para la alimentación. Por supuesto que el MAS se hace el “desentendido” de esta situación y acusa que los productores son los culpables de la escasez o los que especulan contrabandeando. Parece la misma justificación que con los combustibles. La cosa es que el gobierno jamás tuvo un proyecto de paliar estas situaciones: solamente le interesa las grandes inversiones y los acuerdos con las trasnacionales. Todos los proyectos que anuncio Evo Morales el día 22 de enero eran en función de los grandes proyectos que involucran a empresas privadas: caso minería o en el caso de la construcción de rutas para unir el país. Olvidando a la población trabajadora que cada vez le cuesta más darle de comer a sus hijos.
En un país como el nuestro, donde la pobreza alcanza niveles dramáticos, y que en todos estos años no se ha bajado en lo más mínimo, no tener una política de alimentación seria es jugar con la vida de las personas[1].
Y lo más descabellado que se está escuchando en estos días por parte de los ministros es que “los alimentos también están muy bajos” por eso se van del país. Al parecer, lo único que les importa realmente es nivelarlos con los precios internacionales como lo quieren hacer con los combustibles. Una tajada de ganancias extraordinarias a repartirse entre el gobierno y los capitalistas.
Ejemplos al canto: EMAPA (“Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos”) ha subido el precio del azúcar por dos veces en un mes: este alimento básico para la población se ha incrementado en más del 40 %[2]. La descabellada idea del MAS de elevar los precios a niveles parecidos con los de los países vecinos puede traer graves consecuencias.
El supuesto “Estado en vías del socialismo” que tanto le gustaba anunciar al vicepresidente García Linera es producto de esto. Puede realizar una fiesta para el 22 de enero en el cual el Estado Plurinacional cumplía un año. Se gastó la suma de 400 mil bolivianos… ¡pero no puede revertir una situación dramática que es la falta de alimentos o que estos estén en tan altos precios que la gente no los pueda adquirir!
No obstante las voces del gobierno dicen que impondrá el gasolinazo. Esto lo dijo Linera, aludiendo a que había encuestas en El Alto y La Paz que apoyarían estas draconianas medidas… Es una de las grandes mentiras para confundir a la población diciendo que hay muchísima gente que apoyaría pagar más y no tener para comer con tal de que el supuesto proceso de cambio siga adelante.
El gobierno tiene un déficit que no puede esconder
Lo que se ve concretamente es que el MAS está buscando por cualquier medio que le entre dinero antes que sea demasiado tarde. Al parecer, el déficit que está habiendo en el país hace que el partido de gobierno salga a poner medidas para recaudar más dinero para invertirlo en los bonos que son su bastión de popularidad con la gente.
Por ejemplo: el bono Juancito Pinto le cuesta la suma de 52 millones de dólares y esto que no le llega a ni al 20 % de la población. O el bono Juana Azurduy: serian unos 40 millones de dólares. Y también hay otra suma grande: el bono dignidad. Esto está en juego porque el gobierno no tiene las cosas claras de seguirlos pagando tan libremente como antes. Pero fue su medida para captar cierta parte de la población, y esto no le esta funcionando por que no tiene los recursos para mantenerlo.
Esta es una de las problemáticas que están preocupando al gobierno: la cuestión que ya no le esta entrando tanto dinero liquido como su plan pretendía; y que las trasnacionales le están pidiendo más ajuste por que sus ganancias no son tan buenas como les habían prometido. Todo este escenario es producto de la crisis económica mundial. Los pedidos de ajuste a la población se dan de diferentes maneras. Y el gobierno –al mejor estilo neoliberal– es el instrumento para darles palos a la población haciendo que se ajusten los cinturones a los trabajadores en un país donde ya se pasa hambre hace muchos años.
En estos días en Egipto se esta viendo oleadas de protestas contra los ajustes económicos que están realizando estos gobiernos. El alza de los precios sacó a las personas a las calles para tirar un gobierno, y acá en Bolivia ya esas voces se vienen escuchando cada vez con más bronca en la gente.
Los ministros son los mismos, el gobierno reafirma su política
Una de las cosas que se están viendo es que el gobierno no ha realizado cambios sustanciales en su gabinete ministerial. Si bien en los días anteriores al 22 de enero las voces se alzaban que habría un “cambio radical” de los ministros esto no fue así. La realidad que quedaron casi todos de la anterior gestión.
Esto significa que al presidente Evo Morales es consiente de estas acciones; a esto que mucho se habla de que “la culpa no es del presidente sino de los ministros que aconsejan mal su política”, eso ya no puede pasar más: son estas políticas conjuntamente con ministros y presidente las que llevan acabo para ser fieles a las trasnacionales y darle la espalda al pueblo trabajador.
El gobierno ha mentido disimuladamente todo este tiempo con un discurso de tinte “nacionalista”. Pero hoy vemos como se gira cada vez más violentamente a la derecha: las mascaras se han caído: es evidente la política de ajuste que tiene el gobierno. Detrás del discurso de la “nacionalización del gas”, el MAS ha entregado cada una de las riquezas naturales que posee el país a las manos del imperialismo, como el Mutum, San Cristóbal, el Litio y el gas.
«El equilibrio, la transparencia y la eficiencia serán la luz que guíe nuestro camino. Podemos equivocarnos, podemos fallar, pero jamás traicionar o defraudar la confianza del Presidente y de nuestro pueblo» decía hace más de un año el canciller David Choquehuanca.
Por su puesto que lo de no traicionar no se refería a seguir entregando al país. Lo que quiere decir acá es que irán a la rastra de cualquier empresa que les deje una migas de pan a cambio de extraer materias primas y de paso contaminar el medio ambiente.
Este es claramente el carácter de los ministros: íntegramente ligado al proyecto de país que tiene el MAS: entrega de los recursos naturales a cambio de unas migajas.
Hay que salir a luchar por aumento salarial y en contra de la suba de precios
Solo hay una salida a estos ajustes que quiere dar el gobierno y esta es la movilización. Hay que estar preparados contra los ajustes que quiera dar el MAS a la clase trabajadora. No podemos permitir que haya otro gasolinazo o varios mini gasolenazos ni aumentos de los precios de los comestibles. Tenemos que llamar a la unidad para combatir las arremetidas que quiere dar el gobierno. Por esto es fundamental sacar a la actual dirección de la COB en el próximo congreso y poner una independiente del gobierno.
También hay que salir a pelear por aumento salarial de conjunto para torcerle el brazo al MAS y que de una vez el aumento salarial esté realmente acorde con las necesidades de los trabajadores. Porque no basta con el aumento proporcional a la inflación (que digamos siempre se miente en estos porcentajes). Tiene que ser proporcional a la canasta familiar. Por ende, los porcentajes de aumento no pueden ser por debajo del 45 o 60 % para paliar la situación que están los trabajadores.
Desde Socialismo o Barbarie Bolivia llamamos a salir a las calles por cualquier intento de aumento de los precios, el control popular de los precios y abastecimientos, la unidad de los que luchan por mejorar las condiciones de vida, el imponerle a la COB una verdadera huelga general ante cualquier nuevo intento de gasolinazo y por una perspectiva revolucionaria. La conformación de un Instrumento Político cada vez es más necesaria en la situación de crisis que se esta viviendo en estos momentos.
Por Martín Camacho
[1] La Unidad de Análisis de Políticas Económicas y Sociales (UDAPE) señala que la línea de pobreza “moderada” está en 59,3 %; y la línea de la extrema pobreza está en el 32,7…
[2] El lunes 31 de enero, en conferencia de prensa, la ministra de Producción del Desarrollo y Economía Plural, Ana Teresa Morales, dijo que la arroba de azúcar subirá de 61 a 86,50 bolivianos, mientras que el kilo se incrementará de 5,30 a 7,50. Extraído de Erbol digital.