Nano Menyón

El papel de los grandes medios de comunicación en esta pandemia del nuevo coronavirus solo puede ser calificado como vergonzoso. Desde enero que construyen paranoia con los casos de infectados, los casos de muertos, las medidas de los gobiernos únicamente con el objetivo de presentar un rating más elevado a fin de mes a sus accionistas. Esta nota no busca crear miedo, está para exponer las responsabilidades de la sociedad capitalista y aportar un programa anticapitalista para sobreponernos al COVID-19.

La Universidad de Columbia, en Estados Unidos, realizó un estudio donde se calcula que en la gran mayoría de las potencias mundiales hay una diferencia importante entre el número de infectados por coronavirus declarados y el número real. Una variación que va entre el 500% y el 1000% más de los oficialmente reconocidos (entre 5 y 10 veces más). El principal problema es la falta de pruebas diagnósticas realizadas, por falta de insumos y presupuesto.

El Instituto Pasteur, en Francia, menciona que esta diferencia se entiende porque entre el 30% y el 60% de los infectados por coronavirus (la cepa de la pandemia, SARS-CoV2) no desarrolla síntomas. En casi ningún país se desarrollan testeos masivos para poder controlar con mayor precisión el número de infectados. De hecho, las únicas potencias que lo realizaron fueron Alemania, Corea del Sur y China, todos países que tienen la enfermedad bajo cierto control (Alemania tiene un porcentaje de mortandad de menos del 1%, cuando es el 5to país en número de afectados).

Todos los expertos en salud apuntan a una sola medida para parar esta pandemia: achicar todo lo posible esta brecha entre el número comprobado y el número real de casos, realizar testeos masivos a toda persona que presente síntomas. «¡Hagan el test a cada caso sospechoso, háganlo!» dijo el lunes pasado el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus. «Si las pruebas son positivas, aíslen a los pacientes, hallen con quienes estuvieron en contacto estrecho hasta dos días antes de la aparición de los síntomas y hagan la prueba a estas personas también».

De hecho, la principal crítica que se le hace a países como Francia o España o Italia es que no estuvieron desde el principio realizando tests a todo aquel que tuviera síntomas o estuvo en contacto con alguien que los presentase. Hoy, en estos tres países la propagación sigue fuera de control y sus sistemas de salud ya están colapsados por el masivo número de contagiados.

Ahora bien, esto no puede ser posible si no se cuenta con presupuestos de salud acordes a las necesidades de toda la población, en especial los trabajadores. En casi toda Europa los presupuestos de salud vienen derrumbándose hace décadas, causa de las brutales políticas neoliberales de los últimos años. No es casual que Alemania, la potencia dominante del continente a través de la Unión Europea, tenga el porcentaje de mortandad más bajo. En el resto, las consecuencias las estamos pagando a un precio muy caro.