Esta semana me encontré con un artículo de la periodista brasileña Sylvia Colombo en el periódico Folha de S. Paulo. El título me llamó la atención. «Añez acusa a Argentina de violación por no limitar las acciones de Evo». Argentina + limitar acciones – Evo. Una ecuación que no coincide con la democracia. En resumen, el texto informa que Jeanine Añez está hablando con el gobierno argentino para tratar de evitar la participación del líder en las próximas elecciones programadas para mayo. Pensé: la usurpadora por alguna razón tiene miedo del primer presidente indígena del país y que quiere aprovechar esta situación.

«Evo Morales no debería estar dirigiendo la campaña del MAS en Buenos Aires», dice la autoproclamada presidenta. «El expresidente no debería participar en el proceso político en Bolivia ni hacer declaraciones ni celebrar reuniones al respecto en su país de refugio». Dijo antes de anunciar su candidatura y «traicionar» a la propia derecha golpista.

Por otro lado, el líder cocalero fue el principal atractivo de la fiesta de aniversario del Estado Plurinacional en el estadio Deportivo Español, en Buenos Aires, el miércoles (22) por la tarde. Miles de banderas wiphalas indicaban el comienzo de la campaña electoral del Movimiento al Socialismo. La celebración se ha convertido en un acto político de los trabajadores y los pueblos originarios. En Bolivia también hubo manifestaciones en Cochabamba, La Paz y otras ciudades. ¡Evo no está solo! ¡Evo amigo, el pueblo está contigo! – gritaron los partidarios del exiliado.

Fue la primera vez que el 22 de enero se desarrolla sin Evo en el poder desde 2006. «Es cuestión de tiempo: vamos a recuperar la democracia y volveremos al gobierno», dijo Morales en la capital de Argentina. «Pero ahora que me han provocado, ahora que me han expulsado y no quieren que regrese a Bolivia, quiero decir que continuaré haciendo política para derrotar a la derecha», provocó. Luego, el expresidente solicitó apoyo para los nuevos candidatos de su partido: el ex ministro de Economía Luis Arce Catacora y el ex ministro de Relaciones Exteriores David Choquehuanca. De hecho, el primer presidente indígena está haciendo política y sigue influyendo muchas personas dentro y fuera del país.

Quién ganará las elecciones aún es una incógnita, pero es claro que la situación continua inestable. El discurso presidencial de Añez en el día del Estado Plurinacional fue un verdadero fracaso y poco convincente- mismo con transmisiones en los medios de comunicación. El pueblo no quería escuchar la palabra de la golpista que considera el gobierno indígena como de salvajes. La cuestión que desde el golpismo vienen trabajando con el sector de las clases medias de las ciudades que giraron a la derecha, un sector descontento hace tiempo con Morales. Este sector termina influenciando otros sectores populares apropiándose de algunos elementos reaccionarios. 

El MAS siempre tuvo problemas para ganar en los centros urbanos, en parte las clases medias nunca terminaron apoyando el “proceso de cambio” solo que ahora se intensifico con la radicalización que se tomó en octubre y noviembre pasado. En su momento Carlos Mesa termino capitalizando ese descontento de muchos jóvenes sin perspectivas y que llenaron las calles contra el gobierno del MAS, y que algunos sectores de la izquierda creyeron que eso era progresivo.  Al contrario, era parte de la construcción de un giro a la derecha de todo un sector importante de la ciudad que hoy día apoya el golpismo.

Ella habló que el norte de su gobierno fue “derrotar la violencia sin usar la violencia”, intentando desconocer las víctimas de Senkata y Sacaba de la memoria de los bolivianos. “Unirnos, acabar con las divisiones para que todos podamos vivir tranquilos”, siguió hablando en un escenario de clara división entre un sector que quiere el regreso del estado republicano y una gran mayoría que se sintió contemplada en algún aspecto con el Estado Plurinacional. Pero que es dirigida por una falsa imaginación, creada por el masismo, que por la vía del voto se puede retomar el gobierno.

El 22 es un día simbólico para Bolivia, lo que causó temor en las estructuras de poder del actual gobierno golpista. Varios días antes, un contingente de militares con fuerte armamento estaba en diferentes partes del país. El régimen provo sacar al ejército, pero vio que no sería la mejor opción para retener a la población que quería escuchar a Evo Morales. Todavía la más mínima preocupación ya indica la aprensión que tiene la oligarquía a un nuevo levantamiento popular.

Las encuestas recientes dan como mejor posesionado en las intenciones de votos al MAS y con esto se hacen una falsa expectativa. Con la lógica que todo se resuelve en la vía electoral, el partido de Evo se encierra en un laberinto que no tiene salida positiva. El gobierno golpista no dejara pasar en blanco, es difícil de creer que entregara el poder al MAS. Las elecciones están siendo manejadas por los mismos que irán a ganar. No hay forma de ganar las elecciones si no hay movilización social y una derrota del golpismo en las calles.

Añez candidata para reforzar el golpe

Fue destaque de esta semana el hashtag «#YSiFueraElla?», promovido por algunos ministros en las redes sociales con la imagen de la bandera nacional y en apoyo de la candidatura de Jeanine. La movilización digital no agradó mucho al binomio Camacho y Pumari. El exlíder cívico de Santa Cruz le pidió a Añez que no se presentara como candidata en las elecciones generales. «Como ella bien lo dijo, no sería ético que ella vaya (a las elecciones)», declaró Camacho.

La derecha golpista está dividida. Ya se confirman 5 alianzas en total. La presidenta- que era solo para llamar a las elecciones- termino confirmando este vienes (24/01) su candidatura con la alianza Juntos que a la vez se componen de cuatro frentes (Demócratas, Unir, Sol.bo y Bolivia Somos Todos) se unieron alrededor de la mandataria. Los dos últimos grupos abandonaron Comunidad Ciudadana (CC) de Carlos Mesa para tratar de encontrar una solución a la falta de representatividad de la derecha.

El frente Libre 21, conformado por el Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y el Movimiento por la Soberanía, presentó Jorge Tuto Quiroga como figura principal. Por otro lado, la alianza Creemos, una fusión entre el Partido Demócrata Cristiano (PDC), Unidad Cívica Solidaridad (UCS) y la Agrupación Ciudadana Camino Democrático para el Cambio, anunció que los ex cívicos Luis Fernando Camacho y Marco Antonio Pumari son sus candidatos a la Presidencia y Vicepresidencia. También se adhirió al bloque una fracción de Acción Demócrata Nacionalista (ADN), totalizando formalmente cuatro grupos apoyadores.

La postulación sorpresiva de Añez trajo bastante repercusión entre los grupos y profundizo la fragmentación. El escenario al parecer fortalece al MAS que con el binomio Arce-Choquehuanca, que, con algunos inconvenientes internos, podría se salirse bien parado de toda esta contienda. Igualmente falta mucho y el golpismo seguirá tramando para ganar las elecciones o proscribir al partido de Morales. Lo que evidencia esto es la situación del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que fue reorganizado por el gobierno de transición diciendo una y mil veces que no sería candidata. La jugada se volvió evidente para muchos sectores al terminar candidateándose a último momento.

El miedo que Camacho sea un nuevo Bolsonaro se disipa al perder prestigio frente a la actual presidenta que tiene todos los aparatos del estado para mover las fichas del juego político. El ex- cívico cruceño no agrada a la población de La Paz y fue echado de una plaza pública. Este episodio fortalece internamente a una derecha fragmentada, la imagen de Añez se evidencia como la única candidata posible para ganarle al MAS.

La típica trampa del reformismo

La pregunta es: ¿quién le tiene miedo a Evo? Las clases populares que se movilizaron en noviembre pasado siguen exigiendo una alternativa política que hoy día les fue negada. Con Morales o sin él, la populación al parecer no apoyará una candidatura blanca, racista, oligárquica que defiende abiertamente intereses de lo imperialismo yanqui.

El MAS se pierde en la estrategia colocando toda la confianza en la vía electoral democrática, pactando con el golpismo y diciendo que en las elecciones tendrá una posibilidad de revertir la situación que lo llevo a renunciar. Es casi imposible derrotar el golpismo sin una nueva insurrección de las masas en las calles rindiendo al golpismo en los hechos. Por la vía electoral el régimen autoritario de Añez buscara mil formas de intervenir el proceso electoral. De última, si es que hay alguna posibilidad que pierda el golpismo, impondrá la represión nuevamente.

En ese sentido, el MAS continuará negociando con el golpismo desde el poder legislativo para mantener su lógica de socialdemócrata y la representación de la democracia burguesa. Típico de partidos reformistas que encaminan por la vía legal negando y traicionando las rebeliones populares que se colocan en las calles para derrotar a los gobiernos reaccionarios.

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